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Creo que he simplificado la publicación de comentarios, así que animaros a hacerlo.

Acabo de publicar un cuento que escribí hace un montón de años en una editorial digital. Visitad mi stand en la tienda y coged un ejemplar electrónico (es gratis):

sábado, 17 de septiembre de 2011

El despilfarro de la cosa publica elevado a rango constitucional

Este final de verano me ha sorprendido con el revuelo que se ha montado con la famosa reforma constitucional y el revuelo que se ha montado entre los nacionalistas y la izquierda, o la izquierda a la izquierda del PSOE que no quiero herir susceptibilidades con los difusos conceptos de izquierda, centro y derecha.
Parece que se hubiera reformado la forma de gobernarnos, o la forma de elegir el Parlamento... y lo que se reforma es un artículo de esos que nadie sabían que existían en nuestra Carta Magna y lo que se introduce es... NADA. O nada nuevo. Que los gobiernos de España y sus nacionalidades deben adecuar el gasto a los ingresos es, o debería de ser, una obviedad tan grande que me resulta vergonzoso que para que los que nos dirigen intenten (si quieren, claro, porque no les veo yo con muchas ganas de tipificar como delito el despilfarro de los impuestos que nos cobran) ajustar el gasto a lo que ingresan se tengan que enmendar la Constitución.
Pero que existan políticos, y ciudadanos que les voten, que consideren bueno el endeudamiento del estado define uno de los PROBLEMAS PRINCIPALES de la DEMOCRACIA: que los que decidimos con el voto no tenemos ni idea de lo que elegimos.
Nadie en su sano juicio gastaría en su economía familiar, sistemáticamente, o sea, año tras año, más dinero del que gana a no ser que pensara que no lo iba a tener que devolver nunca (que igual es eso lo que se piensa de la deuda pública). Y no vale poner el ejemplo de la hipoteca de la vivienda porque eso es un gasto tan excepcional que sería comparable a hablar de endeudamiento de un estado tras una catástrofe como el terremoto sufrido por Japón. Bueno quizás ahora, a los precios que están volviendo las viviendas, un poco menos.

Unos datos extraídos de páginas web del gobierno. Igual los he interpretado mal, en cuyo caso espero que alguien me corrija:

La deuda pública actual del conjunto de España es de 700.000.000.000 €, lo que supone un 65.82% del PIB. Como somos unos 46 millones de españoles, eso supone que tocamos a unos 15.217 € por persona por lo que a mi mujer y a mí nos tocarían más de 76.000 € que no tenemos. Una segunda hipoteca con la que no contaba (y que no he pedido).

La rentabilidad media de las últimas subastas de deuda a tres años (es la que he mirado) ha sido de un 5% a un 6% en los últimos años, y parece que va en aumento. Eso supone pagar unos intereses de unos 38.500.000.000 € (contando al 5.5%).

He buscado los resumenes (publicados por el gobierno) del presupuesto aprobado para el año 2011 que fue de 362.788.000.000 € de gasto y 272.363.000.000 de ingresos la mayor parte, por supuesto, proveniente de los impuestos que pagamos entre todos los de la clase media, que somos los que sostenemos esto. De ese gasto los intereses de la deuda se presupuestaron en 27.461.000.000 € (que será, supongo la parte del gobierno de España y no incluirá la parte de las autonomías), lo que supone un 10% sobre los ingresos.

Me he perdido con las cifras... como el resto de los españoles (y parece que, en vista de los resultados electorales de Dinamarca, no es un mal excluisivo de los países mediterráneos). Pero por si alguno quiere ver la barbaridad de cambio que se ha efectuado en nuestra Constitución, aquí os dejo sendos vínculos a la redacción del artículo actual y la propuesta de modificación efectuada.

Artículo 135 original: http://www.congreso.es/consti/constitucion/indice/titulos/articulos.jsp?ini=135&tipo=2
Artículo modificado: http://politica.elpais.com/politica/2011/08/26/actualidad/1314314619_582841.html

¿¡¡¡Cómo se va a efectuar un cambio de tal calibre sin un referendum!!!?