Noticias del blog

Creo que he simplificado la publicación de comentarios, así que animaros a hacerlo.

Acabo de publicar un cuento que escribí hace un montón de años en una editorial digital. Visitad mi stand en la tienda y coged un ejemplar electrónico (es gratis):

sábado, 20 de octubre de 2012

Indultos: sin información no hay democracia

Ya sé que los más puristas dirán que el que quiera estar informado de lo que hace el gobierno puede leer el BOE. Pero ¿quién tiene capacidad de entenderlo? ¿Sólo puedes estar informado de la marcha del gobierno si tienes una formación en derecho?
Es muy triste que nos tengamos que ir enterando de cómo funciona nuestra democracia por puntuales destellos de noticias sensacionalistas que duran lo mismo que el deslumbramiento de un flash fotográfico en nuestras retinas ¡nada!
Al leer la noticia de que uno de los detenidos en el caso Emperador era un abogado que ya había sido indultado con anterioridad me escandalicé, como supongo que le habrá pasado a todo el mundo.
Ingenuo de mí pensé que indultar a un abogado condenado por varios delitos de falsedad documental en concurso público y en la adjudicación indebida de un concurso (que supongo que querrá decir mentir para tratar de robar, en el primer caso, y robar en el segundo caso a todos los españoles) habría necesitado de una explicación por algún miembro del gobierno de Zapatero entonces. Así que puse indulto y su nombre en Google y traté de localizar noticias de aquella época. No encontré nada quizás porque se hubiera perdido en la avalancha de noticias generadas por la detención.
Otro caso de indulto sonado del presente año fue el de Josep María Servitje, un alto cargo de CIU en la época de Jordi Pujol condenado en el llamado caso Treball por robar del Departamento de Trabajo de la Generalitat 7.600.000 de las antiguas pesetas. Con las cifras que se mueven los políticos de hoy en día no parece mucho, pero lo cierto es que, gracias al indulto, el beneficiado no llegó ni a pisar la cárcel. Lo he buscado también y todo lo que he encontrado son reacciones a favor y en contra del indulto por parte de diferentes partidos políticos catalanes, pero ninguna explicación del gobierno que lo concedió (el PP) ni del que lo tramitó (el PSOE).

Quizás no encontré lo que buscaba porque la realidad está muy alejada de mi ingenuidad, que suponía que la medida de gracia del indulto era una medida excepcional. ¡Pero nada más lejos de la realidad!

En la primera mitad del año actual se llevan concedidos 247 frente a los 301 del año anterior. Pero no es que Zapatero fuera menos prolífico, quizás es que ya había terminado con el cupo de amigos y favores que devolver, porque durante los años 2006 y 2007 sacó de la cárcel a 520 cada año. El récord parece ser que está en manos de Aznar desde el año 2000 con 1731 indultos. Luego ya se relajó y acabó su mandato con una media de 245 por año (datos extraídos de una noticia de Europa Press de 8 de octubre de 2012).
¡Y aún protestamos que hay muchos diputados! Los pobrecitos no dan a basto con el trabajo que tienen porque la ley que se aplica para prodigar estos perdones que no necesitan de ninguna justificación es de 1870 y ha sobrevivido, por tanto, a todo tipo de formas de gobierno y, de momento, lleva pinta de sobrevivir también a la democracia. ¿Porque quién se va a quitar el poder que supone la prerrogativa de indultar sin tener que dar ninguna explicación?
En el BOE de este fin de semana, sin ir más lejos, se conceden 10 indultos sin explicación de las causas que promueven al gobierno a tal caridad. No hay explicaciones pero parece ser que uno de los indultados,  Sergio Mochón González-Escalada, es hermano de un concejal del PP en Cájar (Granada).

Más allá de la tradición de indultar presos en Semana Santa a petición de distintas cofradías, que se mantiene desde el siglo XVIII, o la de casos claros de reinserción durante el, en muchas ocasiones, dilatado periodo de instrucción que en todo caso deberían ser potestad de los jueces porque, aunque haya algunos para echarles de comer aparte, son profesionales y, en teoría, se les puede exigir responsabilidades de sus decisiones, más allá de estos casos, me pregunto, ¿en qué situaciones está justificado el perdón?
¿Cómo justificar el indulto de delitos como la apropiación indebida de fondos públicos, la estafa, etc, ninguno de ellos, desde luego, provocado por el hambre ni la necesidad (si no es la de más dinero)?

Carmen Ibañas
Cuando hablaba con la abuela de mi mujer, una mujer dotada de una inteligencia natural impresionante pese a que no la enseñaron ni a leer ni a escribir, que permaneció con la cabeza lúcida hasta el fin de sus días a los 97 años (¡qué envidia!), siempre decía lo mismo. Que a ella ya había vivido las mismas ilusiones varias veces en su vida y todos los gobernantes, ella supongo que se referiría a los más cercanos a ella, siempre la habían engañado.

Gracias queridos políticos que, siempre pensando en el bienestar de sus votantes, nos mantienen engañados y desconocedores de todos estos pequeños engranajes de la democracia. Son ustedes tan considerados y desinteresados tomando estas decisiones por nosotros que ningún ciudadano (aparte de los amigos y familiares de los afectados) tomaría... y sin embargo tan necesarias para la cimentación de los pilares de la democracia ¿no?

martes, 16 de octubre de 2012

La formación y la información como pilares de la democracia

El pasado sábado 13, en plenas fiestas del Pilar, recibí la mayor bronca (merecida) que jamás me había echado la persona a la que considero como mi mejor amigo. Como diría mi hija Sara mi MAPS (mejor amigo para siempre).
¿Cuál fue el motivo? El teléfono. Y es verdad (perdón otra vez), yo no llamo nunca a nadie si no es por un motivo concreto. Le hubiera llamado si hubiera necesitado algo de él, o tuviera algo importante que contarle, o me pasara por su ciudad de residencia, que obviamente no es la mía, con tiempo para vernos, o... mil cosas, supongo. Pero lo cierto es que había pasado más de un año y no se me había presentado ninguna de las oportunidades anteriores ni otras parecidas y no había encontrado ocasión para llamarle por teléfono simplemente por el placer de hablar con un amigo y preguntarle qué tal le va. ¡Perdón otra vez!
Y lo cierto, como dije al principio, me llamó él porque visitó mi ciudad (o nuestra ciudad porque él también nació aquí) y siempre que viene me llama, quedamos, tomamos algo y nos contamos lo que nos ha pasado.
Casi siempre son cosas intrascendentes, pero esta vez no. Esta vez había acumulado noticias importantes, tristes y, al menos una, preocupante. No sé si graves, espero que no, pero lo peor es que eran antiguas. Y eran antiguas porque yo no había encontrado la oportunidad de coger el teléfono y marcar su número.

¿Y qué pinta toda esta reflexión personal en el blog? En primer lugar porque es el sitio más público del que dispongo para pedirle disculpas y lo aprovecho.

Pero además porque me ha llevado a una reflexión sobre lo demócratas que resultan nuestros gobernantes y los demócratas que resultamos los ciudadanos.
Siempre he pensado que una de las mayores pegas de la democracia es que nos obligan a decidir sobre temas de los que no tenemos ni idea.
Pero para que llegáramos a tener conocimiento del funcionamiento de las instituciones sobre las que cada cierto tiempo vamos a tener que decidir su dirección tendrían los que en cada momento ocupen las responsabilidades de las diferentes instituciones, no sólo las responsabilidades de los gobernantes sino también de los que ocupen la responsabilidad de la oposición, que informarnos con puntualidad, regularidad y la mayor objetividad que fuera posible del estado de los asuntos para que los comprendiéramos y pudiéramos verdaderamente elegir a las personas que vayan a dirigir cada institución con las directrices que más se correspondan con las que nosotros, si supiéramos, elegiríamos.
¿Nos sentimos formados e informados sobre las instituciones más allá de los pequeños espacios de tiempo electorales? Mi respuesta es NO.

Ahora bien, no todo es culpa de la clase política (casi todo sí, por eso). ¿Porque quiénes seguirían, pongo por ejemplo, en TV un programa, digamos semanal, en el que se nos explicara el funcionamiento de cada una de las instituciones que forman nuestra democracia? Seguramente la audiencia de tal programa sería ridícula hasta para ser emitido por la 2.

Lo que quiero decir, que veo que no está quedando nada claro, es que la información que nos debe conducir al conocimiento que nos permitiría elegir con verdadero criterio no puede ser cosa de una parte. Tiene que ser cosa de dos. De la clase política y de los electores. Los unos informando y explicando sin que se les pida y los otros pidiendo, atendiendo y esforzándonos por comprender
.
Como las llamadas que no hice a mi amigo. ¡Perdón otra vez!