El manual del periodista dice que un buen título es la mitad del éxito de una noticia. Tiene que llamar la atención y animar al lector a que siga leyendo. ¿Pero tiene que tener que ver algo con el contenido que encabeza? La respuesta (al menos la ética) es que sí, por ello me veo en la obligación de explicar el porqué del título de la entrada:
En primer lugar tengo que recordar el objetivo de este blog: superar la actual democracia. Así como en el campo de la Economía se han ido probando distintas fórmulas y se sigue argumentando y buscando alternativas, en política parece que todos estamos tan satisfechos con nuestra DEMOCRACIA que nadie se atreve a cuestionarla. Es un tabú. Si alguien quiere opinar en contra de ella o es un fascista o el anticristo.
Y sin embargo es la inconformidad lo que hace evolucionar los conceptos. La teoría que estudiábamos en la asignatura de Historia de la Filosofía del difunto COU (allá por la prehistoria en donde estudié yo en el que no estaba mal visto que un profesor suspendiera a sus alumnos sino que lo que se veía mal era que los alumnos suspendieran... pero esa es otra historia) del famoso productor de Best-Sellers Hegel con su teoría de la tesis-antítesis-síntesis (ver el artículo de Wikipedia sobre la dialéctica)
Necesitamos, entonces, una nueva síntesis que haga superar a la tesis (democracia) los problemas que la achacan (antítesis). Perdón si esta interpretación de Hegel no es demasiado correcta, pero ya he dicho que mi formación es más técnica que humanística.
Y un mecanismo que funciona a la hora de buscar las nuevas síntesis es lo que algunas veces llaman tormentas de ideas. Ideas, soluciones aunque no sean reales ni factibles. Incluso aunque sean exageradas y ridículas, porque de la confrontación que provocarán podrán surgir las nuevas ideas (las buenas) buscadas.
Y de ahí es de donde viene el título del artículo, de una anécdota que me sucedió en mitad de una discusión (entendida como confrontación de ideas) sobre un tema de candente actualidad: la prohibición de fumar en lugares públicos, en concreto de los bares, y si entraba en conflicto con la libertad individual del propietario de permitir una determinada conducta en su local. Llevando al extremo esta idea de libertad individual del propietario y de la libertad individual de los clientes de entrar o no en el local propuse la idea de si permitir la apertura de bares en los que se permitiera la violación de los clientes teniendo en cuenta que no se obligaría a nadie la entrada al establecimiento (supongo que los participantes en el coloquio recordarán el hilo que tomó la discusión a partir de aquel momento).
Quizás en aquel momento nos encontrásemos un poco perjudicados por el alcohol, porque acabamos hasta con voluntarios para invertir en el negocio, pero lo cierto es que el llevar las cosas hasta el extremo absurdo nos hizo reconducir la discusión hasta otros puntos que no habíamos analizado. Realmente en aquella reunión no obtuvimos ningún resultado pero lo intentamos.
Nadie asegura que el método funcione al 100% pero el objetivo merece la pena de ser intentado. Así que animo a los posibles lectores del blog al ejercicio:
SE BUSCAN IDEAS PARA QUE NUESTRA DEMOCRACIA PUEDA FUNCIONAR SIN LOS PARTIDOS POLITICOS (al menos sin los partidos políticos como las actuales instituciones de poder que conocemos).
Como mínimo supondría un considerable ahorro ¿no?
Quizas llamarlos o titularlos de otra manera en vez de politicos elegir gestores el mejor en cada materia
ResponderEliminarGracias Beatriz por tu aportación.
ResponderEliminarY tienes mucha razón: el lenguaje es un arma muy potente y debe ser empleada con precisión y honestidad. Por ello es posible que las nuevas instituciones que buscamos para remplazar los partidos políticos deberían no tener (o no tener sólo) políticos sino legisladores que sepan hacer leyes, gestores que sepan dirigir, y estudiantes, currantes, parados, jubilados, etc (pero de verdad, no aspirantes a políticos), que conozcan los problemas y las soluciones que sus colectivos plantean.
Creo que tu comentario me está dando la idea de otra entrada. Voy a madurarla...
¿Y que entiende usted por Economía?. Yo le puedo decir que cuando yo estudiaba me aprendí una definición de Economía letra por letra que decía así: "Economía es la ciencia de la actividad humana que establece las relaciones de los hombres que vive en sociedad, con el fin de que estos puedan adquirir los bienes que precisan para satisfacer sus necesidades". Esta definición la aprendí cuando comencé un curso de mecanografía y la repetí hasta el infinito con el fin de adquirir velocidad....
ResponderEliminarY se la digo porque sigue teniendo validez para mí porque ningun razonamiento de los muchos que he escuchado hasta la fecha, ha dicho mas con menos palabras y tanto acierto.
Gracias ssv.
ResponderEliminarSi encuentras una solución tan válida para la democracia como lo es esta definición estarás ayudando no sólo a este blog...
Por cierto el tratamiento de usted ha llegado a despistarme de tu identidad.
Te animo a que colabores con nosotros en el objetivo fijado en la siguiente entrada
Mecagüen todo!! Te juro por mis hijos que me he pegado media hora escribiendo un jodido comentario y al ir a publicarlo me dice que no puede y se me borra!!!! Me voy a dormir la siesta y cuando me levante, si me apetece, empezare otra vez, que si hay algo que me fastidia en esta vida es hacer dos veces lo mismo!
ResponderEliminarBueno, ahora espero que no se borre. Empiezo por el titular: estoy de acuerdo en que, periodísticamente hablando, un buen titular no tiene precio para leer la noticia. Lástima que, en este caso, como sucede en la prensa amarilla, el titular tiene poca relación con el contenido del artículo. No obstante, como ya sabes que me gusta entrar a todos los trapos, tengo que decir, que tu idea del bar de violadores me temo que tiene poco recorrido para hacerse realidad, sobre todo por un cuestión semántica: si los posibles clientes entran voluntariamente a que otros realicen con ellos prácticas sexuales…¡ya no existiría la violación, pues para poder usar este término debe haber una relación forzada por una de las partes, nunca consentida! No sé, sería algo como un bar de orgías, o algo parecido. Eso sí, si realmente hubiera violadores, me temo que serían tan ilegales como algunos clubes de alterne donde se fuerza a pobres desgraciad@s a mantener relaciones sexuales contra su voluntad, hasta que las fuerzas de orden público proceden a su desmantelamiento.
ResponderEliminarEn cuanto al contenido del artículo, no creo que el problema sea de término. Ya es bastante habitual utilizar eufemismos para no llamar a las cosas por su nombre. La política debe ser algo noble, y que algunos políticos la utilicen como modus vivendi bien retribuido, no debería contribuir a denigrarla; al contrario, como ya decía en mi anterior comentario, ¿la medicina, la justicia, etc., deben cambiar de nombre porque algunos que forman parte de las mismas dejen mucho que desear con su actitud?
Por último, Sebas, no creo que se estén implantando formulas económicas alternativas últimamente; al contrario, la globalización económica tiende a que los países establezcan sistemas de gestión de sus recursos cada vez más parecidos…¡incluso con sistemas políticos antagonicos!
Touché por la crítica del título pero es que me apetecía refrescar el tema máxime con la aprobación de la actual ley del tabaco que al fin y al cabo era la tesis que defendía yo en ese debate.
ResponderEliminarAdemás, y para que les quede claro a los que participamos en aquella velada, lo propuse como ejemplo absurdo para demostrar que no era posible aplicar la libertad de entrada a los bares para defender que cada local decidiera si era posible o no fumar en su interior.
MAS CLARO: lo dije como ejemplo de algo irrealizable.
En cuanto a la semántica no me he explicado bien, no pienso en un cambio de nombre como solución. No quiero que no haya partidos políticos sino que no estén repletos de eso que se ha venido en denominar "político profesional".
Y en cuanto a la economía (aunque no me siento preparado para discutir el tema contigo) creo que tu misma formulación de la negación de cambios en la misma aceptas que haya cambiado en las últimas décadas cuando admites que los países han cambiado sus modelos económicos hacia la globalización. ¿Eso es un cambio no?